También conocida como Mamoplastia de reducción es un procedimiento quirúrgico para disminuir el tamaño de las mamas, mediante la extirpación de grasa, tejido mamario y piel, haciéndolas más pequeñas, ligeras y firmes. Además puede reducir el tamaño de la areola. Esta cirugía consigue un resultado más estético y cómodo para la paciente. Existen diversos procedimientos quirúrgicos que se utilizan en función del tamaño de la mama a reducir y de la distancia desde el punto que llamamos medio clavicular y otro punto situado en el pezón. No a todas las pacientes se les puede realizar la misma técnica, pero de cualquier manera siempre se intenta conservar la sensibilidad del complejo areola pezón y la posibilidad de lactancia en un futuro.
En los casos mas complejos se utiliza la técnica de Injerto Libre para el complejo areola pezón, que si bien va a hacer desaparecer la sensibilidad de la areola y el pezón evitará en gran medida las posibles complicaciones de desarrollar otra técnica no adecuada.
La cirugía de reducción de mamas se hace bajo anestesia general. Esto es un medicamento que la mantiene dormida y libre de dolor. Para una mamoplastia de reducción, el cirujano extirpa parte del tejido mamario y de la piel. Los pezones pueden moverse para arriba para reubicarlos por razones estéticas.
La reducción de mamas por lo general se realiza en mamas grandes (macromastia), pero también puede indicarse en caso de: Infecciones quísticas de la mama (mastitis poliquística) Dolor de espalda, cuello, hombros, senos o cabeza. Pérdida de la sensibilidad en la mama, los brazos o dedos.
Durante los días anteriores a la cirugía de reducción de pecho es conveniente utilizar un jabón germicida, tipo Lactacyd, para lavar todo el cuerpo. Es también muy importante informar antes de la operación al médico sobre toda la medicación que se esté tomando.
Tras la cirugía de mamas es normal encontrarse algo cansada unos días, pero podrá hacer vida casi normal a las 24-48 horas. La mayoría de las molestias se controlan bien con la medicación prescrita por el cirujano, aunque las mamas pueden doler un par de semanas.
Durante las primeras 24 horas, sentirá la cara hinchada, molestias sobre la nariz, que puede sangrar ligeramente, y dolor de cabeza, que ceden con medicación; además de hinchazón y hematomas alrededor de los ojos que aumentan hasta alcanzar un máximo a los 2 ó 3 días, desapareciendo en unas 2 semanas.
Aproximadamente a las 48 a 72 en el primer control postoperatorio el cirujano retirara el taponamiento y a los 8 ó 10 días de la intervención se retira el yeso, no debiendo inquietar el aspecto hinchado y elevado de la nariz, ya que es normal. A los 15 días se puede reanudar la vida social y laboral. La nariz estará un poco engrosada, aunque los edemas y hematomas habrán desaparecido totalmente.
Al mes se realiza un control de evolución, así como a los 3 meses donde se puede apreciar el resultado. Pero el resultado definitivo se observará varios meses, o incluso un año después de la intervención.
Armengual de la Mota, 1
Málaga, España
Horario (lunes a viernes):
9.00 – 14.00 / 16.30 – 20.30
El tamaño y la forma de los senos preocupa a la mayoría de las mujeres, ya que estar satisfechas con sus pechos potencia la autoestima y confianza así como su feminidad. El aumento de senos con implantes es el tratamiento más adecuado para resolver:
Es un procedimiento completamente seguro y con un elevado grado de satisfacción en todas nuestras pacientes. Contamos con cirujanos altamente especializados que garantizan los mejores resultados.
Mediante el aumento con implantes se logra, además de un mayor volumen en los senos de la mujer:
El principal beneficio escorregir un pecho excesivamente plano, corregir un desequilibrio entre ambos senos, lograr una mejor apariencia después de un embarazo o pérdida de peso, reconstruir los senos después de una mastectomía tras superar un cáncer de mama o sufrir un accidente.
La candidata ideal para someterse a una cirugía de mamas son aquellas personas sanas, emocionalmente estables que comprenden los resultados que se pueden obtener tras la cirugía.
Muchas mujeres desean un aumento tras un embarazo o una lactancia que ha dejado vacío y caído el pecho. Aunque no existe riego de que el aumento altere futuros embarazos, sí debe saber que las mamas pueden volver a descolgarse algo tras un nuevo embarazo.
Se le darán instrucciones acerca de cómo prepararse para la cirugía, incluyendo normas sobre toma de alimentos y líquidos, tabaco o toma o supresión de medicamentos, vitaminas y suplementos de hierro.
En el aumento de mamas no es preciso transfundir sangre durante la cirugía. Asegúrese, además, de que algún familiar o acompañante pueda llevarle a casa cuando se le dé el alta y que, en caso necesario, puedan ayudarle un par de días.
Un pequeño porcentaje de mujeres puede tener una infección alrededor de la prótesis, normalmente en las primeras semanas después de la cirugía. Algunas mujeres notan los pezones más o menos sensibles, e incluso, sin sensibilidad. Estos cambios suelen ser temporales, aunque en unos pocos casos serán permanentes.
No existe evidencia de que las prótesis de mama afecten la fertilidad, el embarazo o la lactancia. Es extraordinariamente infrecuente que las prótesis pueden romperse, haciendo que el contenido salga fuera de su cápsula. Cuando la prótesis está rellena de suero, el líquido se reabsorbe rápidamente sin producir ningún daño, disminuyendo la mama de volumen en unas horas.
Si está rellena de silicona pueden pasar dos cosas: si la cápsula formada por el organismo no se rompe, no notará ningún cambio; si se ha roto, especialmente cuando ha sido sometida a mucha presión, la silicona sale disminuyendo el volumen de la mama.
Con ambos tipos de prótesis será necesario una nueva intervención para reemplazarla. No existe evidencia científica probada de que las prótesis provoquen cáncer de mama o enfermedades del tejido conectivo.
La colocación de una prótesis no impide la realización de mamografías.
Es habitual someterse a una mastopexia por varios motivos, entre ellos pueden encontrarse la pérdida de peso o haber sido madre. Estos factores pueden provocar una deformación y caída de los pechos, haciendo que ya no sean los que en su momento fueron.
La operación de elevación de pechos es muy sencilla de practicar y puede llevarse a cabo de dos formas distintas. Esto es, la incisión para la elevación del pecho puede hacerse o bien justo debajo del mismo o alrededor de la areola. Generalmente, solemos hacerlo alrededor de la areola, ya que tarda menos en cicatrizar y la cicatriz se cura más fácilmente haciéndose casi imperceptible.
En algunos casos esta técnica se usa en combinación con la colocación de una prótesis, es en aquellos casos en los que no tenemos tejidos suficientes para dar un buen relleno a la mama, principalmente en el polo superior. Denominamos a esta técnica Mastopexia de aumento.
La intervención quirúrgica dura aproximadamente 3 horas, y los resultados son inmediatos, aunque el tiempo de recuperación total es de unos 20 días. Con una anestesia general aplicada previamente a la operación y una hospitalización de unos días para controlar que todo está bien, verás los resultados nada más termine la operación y podrás disfrutar de ellos durante muchos años. Los efectos de esta cirugía son duraderos y sorprendentes, pero no permanentes ya que la paciente seguirá sufriendo un proceso natural de envejecimiento. La paciente debe saber que es fácil que al cabo de unos años sea necesario otra pequeña intervención para remodelar el tejido glandular que posee que habrá seguido su natural proceso de envejecimiento, produciendo en la mama un efecto de doble burbuja. No es frecuente, pero si es posible.
La mastopexia o elevación de pecho es la cirugía plástica de elevación mamaria que permite recolocar los senos de la mujer en su posición natural y recuperar su firmeza. Mediante la elevación de los senos se realza su forma corrigiendo la tendencia de las mamas caídas o flácidas y logrando un volumen estéticamente muy satisfactorio.
La técnica empleada generalmente en esta operación se basa en la realización de una incisión alrededor de la areola, aunque en ocasiones puede ser necesario alargar el corte hasta el surco mamario inferior. Además, según el caso, este tipo de intervención puede requerir la colocación de una prótesis de silicona para incrementar el volumen de los pechos y lograr así el reposicionamiento deseado con una forma más natural.
Para saber si eres candidata a una elevación (mastopexia) de pecho, debes observar si cumples alguna o varias de las siguientes características:
Antes de someterse a una mastopexia, la paciente debe seguir unas normas para que la intervención sea lo más efectiva posible:
Las principales medidas a tomar después de la cirugía son:
También conocida como Mamoplastia de reducción es un procedimiento quirúrgico para disminuir el tamaño de las mamas, mediante la extirpación de grasa, tejido mamario y piel, haciéndolas más pequeñas, ligeras y firmes. Además puede reducir el tamaño de la areola. Esta cirugía consigue un resultado más estético y cómodo para la paciente. Existen diversos procedimientos quirúrgicos que se utilizan en función del tamaño de la mama a reducir y de la distancia desde el punto que llamamos medio clavicular y otro punto situado en el pezón. No a todas las pacientes se les puede realizar la misma técnica, pero de cualquier manera siempre se intenta conservar la sensibilidad del complejo areola pezón y la posibilidad de lactancia en un futuro.
En los casos mas complejos se utiliza la técnica de Injerto Libre para el complejo areola pezón, que si bien va a hacer desaparecer la sensibilidad de la areola y el pezón evitará en gran medida las posibles complicaciones de desarrollar otra técnica no adecuada.
La cirugía de reducción de mamas se hace bajo anestesia general. Esto es un medicamento que la mantiene dormida y libre de dolor. Para una mamoplastia de reducción, el cirujano extirpa parte del tejido mamario y de la piel. Los pezones pueden moverse para arriba para reubicarlos por razones estéticas.
La reducción de mamas por lo general se realiza en mamas grandes (macromastia), pero también puede indicarse en caso de: Infecciones quísticas de la mama (mastitis poliquística) Dolor de espalda, cuello, hombros, senos o cabeza. Pérdida de la sensibilidad en la mama, los brazos o dedos.
Durante los días anteriores a la cirugía de reducción de pecho es conveniente utilizar un jabón germicida, tipo Lactacyd, para lavar todo el cuerpo. Es también muy importante informar antes de la operación al médico sobre toda la medicación que se esté tomando.
Tras la cirugía de mamas es normal encontrarse algo cansada unos días, pero podrá hacer vida casi normal a las 24-48 horas. La mayoría de las molestias se controlan bien con la medicación prescrita por el cirujano, aunque las mamas pueden doler un par de semanas.
Durante las primeras 24 horas, sentirá la cara hinchada, molestias sobre la nariz, que puede sangrar ligeramente, y dolor de cabeza, que ceden con medicación; además de hinchazón y hematomas alrededor de los ojos que aumentan hasta alcanzar un máximo a los 2 ó 3 días, desapareciendo en unas 2 semanas.
Aproximadamente a las 48 a 72 en el primer control postoperatorio el cirujano retirara el taponamiento y a los 8 ó 10 días de la intervención se retira el yeso, no debiendo inquietar el aspecto hinchado y elevado de la nariz, ya que es normal. A los 15 días se puede reanudar la vida social y laboral. La nariz estará un poco engrosada, aunque los edemas y hematomas habrán desaparecido totalmente.
Al mes se realiza un control de evolución, así como a los 3 meses donde se puede apreciar el resultado. Pero el resultado definitivo se observará varios meses, o incluso un año después de la intervención.
La contractura capsular es el engrosamiento exagerado de la cápsula que, en una situación normal, rodea una prótesis mamaria. Esta reacción inflamatoria exagerada provoca un endurecimiento, cambio morfológico, incluso dolor de la mama intervenida.
Además, se sabe que es la complicación más frecuente en pacientes portadoras de prótesis mamaria, ya sea en reconstrucciones tras una mastectomía como en intervenciones con fines estéticos. Así mismo, supone una de las primeras causas de reintervención tras este tipo de cirugía.
En la actualidad la incidencia de la contractura capsular se estima entorno al 10-15% sin otros factores de riesgo.
La contractura capsular es el engrosamiento exagerado de la cápsula que, en una situación normal, rodea una prótesis mamaria. Esta reacción inflamatoria exagerada provoca un endurecimiento, cambio morfológico, incluso dolor de la mama intervenida.
El tratamiento del encapsulamiento depende del grado de contractura y de la antigüedad de la misma. Si la contractura capsular se trata correctamente en las primeras semanas de formación, existen muchas posibilidades de éxito. Si está en fase inicial, el tratamiento suele consistir en la toma de antibióticos u otros medicamentos que indique el especialista.
Sin embargo, si la contractura está muy avanzada el procedimiento se complica. Existe la posibilidad de romper la cápsula de tejido fibrótico mediante el tratamiento con ultrasonidos, siempre que no se trate de un caso muy grave o muy antiguo.
En casos más extremos, la única solución al encapsulamiento es una nueva cirugía y el reemplazamiento del implante. Si esta nueva intervención sigue los parámetros de sanidad pactados no tiene porque volverse a producir la contractura capsular.
La cirugía para resolver la contractura capsular está indicada para aquellas mujeres con implantes colocados en una operación anterior.
El cirujano plástico reparador debe, previamente, considerar que el grado de contractura capsular y determinar si es de un nivel tan alto como para precisar de intervención. Se realizará cirugía sólo si han pasado más de seis meses de la operación de los implantes ya que durante los 6 meses postoperatorios tienen efectividad los tratamientos no quirúrgicos y primero se prueba con estas.
La contractura capsular de prótesis o cápsula patológica tiene lugar cuando dicha cápsula fibrosa es irregular , demasiado gruesa o firme y más pequeña que la prótesis. Dando lugar a un tacto endurecido del pecho, llegando incluso a causar molestias , mal posición y deformación del implante.
Para cambiar el aspecto de una mama tubular se requiere una intervención quirúrgica que depende, en gran medida, del grado de tuberosidad. Éste se corrige mediante una mamoplastia, o una mastopexia, el fin es moldear y ajustar el tamaño del pecho. La vía de abordaje puede ser submamaria, mientras que en casos graves se requiere un abordaje areolar y un remodelado completo. En algunos casos es necesario la utilización de un implante mamario.
Las mamas tuberosas, conocidas también como mamas tubulares, son los senos que tienen forma de tubo en vez de forma redondeada y que tienen mucha separación entre ambas mamas. Además, las areolas normalmente son grandes y existe una falta de desarrollo en la parte inferior. Existen diversos grados de malformación.
En la cirugía de la mama tuberosa se busca corregir la alteración glandular, la areola y el volumen. Dado que es una malformación congénita que altera la conformación natural de la mama, su corrección devuelve la forma armónica, que es lo que la paciente suele demandar.
Como se puede comprobar en las anteriores fotografías de mamas tuberosas, el resultado es muy positivo. Los beneficios estéticos son evidentes, el resultado tiene un impacto directo en el ánimo y la autoestima de la persona que se somete a la intervención.
En un principio, un caso de mamas tuberosas no genera ningún tipo de trastorno más allá del producido por cuestiones estéticas. Sin embargo, en la mayoría de los casos se lleva a cabo una intervención quirúrgica para corregir la malformación porque supone un gran beneficio para la paciente.
En ocasiones la malformación sigue desarrollándose, provocando que el pecho se deforme más. Un diagnóstico temprano permite recuperar el tejido y corregir la malformación de inmediato, impidiendo que el problema se desarrolle en mayor media.
La contractura capsular de prótesis o cápsula patológica tiene lugar cuando dicha cápsula fibrosa es irregular , demasiado gruesa o firme y más pequeña que la prótesis. Dando lugar a un tacto endurecido del pecho, llegando incluso a causar molestias , mal posición y deformación del implante.
Existen ciertos cuidados a tener en cuenta tras la cirugía de senos tuberosos:
La cirugía de corrección de pezones invertidos consigue un pecho de aspecto más natural y atractivo. Se realiza con anestesia local y de forma ambulatoria. Se realiza mediante una incisión en el borde inferior del pezón. El pezón se tracciona superiormente y es suturado en una nueva posición. La cicatriz es prácticamente invisible por su escasa longitud y por estar situada en la frontera entre la areola y la piel. Con técnicas parecidas se puede aumentar o disminuir el tamaño del pezón y de la areola.
El resultado de la cirugía es muy natural y las cicatrices, mínimas, resultan imperceptibles.
Los pezones suelen desempeñar un papel importante en la autoestima de la mujer. Unos pezones invertidos pueden ocasionar complejos.
Los pezones invertidos o umbilicados son una patología relativamente común en mujeres, más rara en hombres, y que puede afectar a una o las dos mamas. El pezón invertido es una alteración congénita que se produce cuando los conductos del pezón, llamados galactóforos y que permiten el paso de la leche hasta el pezón, son más cortos de lo habitual, hecho que provoca la retracción de los pezones.
Una pequeña cirugía, que puede realizarse con anestesia local es, normalmente, la solución más eficaz para solucionar este problema.
El pezón invertido o umbilicado es una patología que, más allá de su impacto estético, en los estadios más graves, puede llegar a imposibilitar la lactancia materna.
Es importante diferenciar el pezón invertido del pezón retraído (adquirido tras una cirugía, infección o un tumor mamario), ya que el tratamiento es distinto.
Dependiendo de la severidad, el pezón invertido se clasifica en tres tipos:
El grado más habitual de las pacientes suele ser el I o el II en un 90% de los casos. En el caso de grado III llega incluso a ser imposible la lactancia.
Al margen de los problemas funcionales que pueden ocasionar los pezones invertidos está claro el fuerte impacto estético que, en algunas mujeres, supone este problema. Este descontento estético es lo que motiva acudir a la cirugía para corregirlo.
Es importante valorar el grado de inversión del pezón, pues en los grados I o II se puede intentar una cirugía que conserve los conductos galactóforos, para no imposibilitar la lactancia tras la cirugía . El problema de estas técnicas conservadoras es el alto riesgo de recidiva.
El resultado de la cirugía es muy natural y las cicatrices, mínimas, resultan imperceptibles.
La paciente puede retomar su vida socio-laboral inmediatamente, únicamente debe evitarse el ejercicio físico hasta pasados 10 días de la operación, aproximadamente.
Este tipo de tratamiento por lo general viene de la mano de operación de elevación de pecho, reducción de senos, aumento de mamas, o corrección del pezón invertido, sin embargo cuando se realiza únicamente la operación de reducción de areola se considera una intervención quirúrgica menor por lo cual se aplica anestesia local. Durante la intervención se retira una delgada capa de piel superficial y se sutura con un hilo muy fino para evitar cicatrices.
La Reducción de Areola es un Procedimiento que consiste en corregir el tamaño de la piel pigmentada que se encuentra alrededor del pezón, de tal forma que el pecho tenga un aspecto más realzado y embellecido.
En el caso de realizarse únicamente la Reducción de la Areola se trataría de una intervención menor, bajo anestesia local. El Procedimiento tiene una duración aproximada de una hora, es ambulatorio y es altamente efectivo.
La intervención consiste en retirar una delgada capa de piel superficial y suturar con un hilo muy fino para evitar cicatrices. Un acto muy sencillo que mejora la estética y aspecto que luce el pecho de forma espectacular.
El algunas ocasiones una areola puede ser diferente a la otra llegando a provocar una asimetría significativa, en estos casos el Cirujano Plástico la igualará para dar simetría y armonía la zona pectoral.
Algunas mujeres, además de retocar la areola, también buscan reducir la altura y anchura del pezón, preservando la sensibilidad. Este retoque se realiza muy a menudo con la reducción de la areola ya que una de cada diez mujeres sufren anomalías en los pezones.
Tras la operación de reducción de la areola, obtendrás un monículo mamario más estético y redondeado, eliminando la forma tubular que tenía antes. Para resultados óptimos en caso de pechos tubulares, se recomienda aumentar también el tamaño de las mamas mediante una operación de aumento de pecho.
La candidata ideal para someterse a una cirugía de mamas son aquellas personas sanas, emocionalmente estables que comprenden los resultados que se pueden obtener tras la cirugía.
Muchas mujeres desean un aumento tras un embarazo o una lactancia que ha dejado vacío y caído el pecho. Aunque no existe riego de que el aumento altere futuros embarazos, sí debe saber que las mamas pueden volver a descolgarse algo tras un nuevo embarazo.
La operación de reducción de areola es un tipo de cirugía que disminuye el área de la piel pigmentada que rodea al pezón. De este modo se consigue una areola más pequeña y proporcional al resto del pecho.
La intervención de reducción de areola en sí no precisa de unos cuidados demasiado complejos ni tampoco es excesivamente dolorosa.
De esta manera, los cuidados postoperatorios de esta intervención dependerán de la magnitud de la misma, pues si está ligada a otros cambios mayores como un aumento de mama, sí que será necesario realizar unos cuidados acordes a este tipo de operación.
En este caso, será conveniente un reposo de unos días para que la prótesis se adecúe a la musculatura y, poco a poco, el pecho vaya adquiriendo un resultado más natural. Sobre todo, no dudes en consultar a tu cirujano plástico ante cualquier duda.
Las candidatas ideales son aquellas mujeres que pretendan aliviar los síntomas ocasionados por el excesivo peso de sus mamas. El elevado tamaño de los pechos interfiere en todas las actividades de la vida diaria de las pacientes, ocasionando sobrecargas musculares, malposiciones cervicales, infecciones y problemas cutáneos. A esto se añade la dificultad para la realización de ejercicio físico, así como los problemas psicológicos y de autoestima que esto ocasiona
ATENCIÓN: En los casos más severos, conocidos como GIGANTOMASTIAS, la reducción mamaria está incluida en las prestaciones de la Seguridad Social. Para poder beneficiarte de ello un requisito imprescindible es que tu Índice de Masa Corporal (IMC) sea menos de 30. Es decir, se tolera cierto sobrepeso, pero el estado de Obesidad es Criterio de Exclusión para el tratamiento quirúrgico de esta patología. Puedes calcular fácilmente tu IMC con la siguiente fórmula: IMC=peso (en KG) / altura x altura (en metros).
La intervención tiene una duración aproximada de dos horas. Se realiza bajo anestesia general y en régimen de ingreso durante 24h en la mayoría de los casos. Aunque hay infinidad de técnicas, en prácticamente todos los casos las cicatrices resultantes tiene forma de «Ancla o T invertida». A traves de estas incisiones somos capaces de extirpar toda la piel, glándula y grasa que sobra, y transportamos el pezón y la areola a su nueva posición. Las cicatrices están diseñadas para percibirse poco, y no suelen ser un problema para las pacientes, ya que a cambio obtienen una mejora estética y funcional muy espectacular.
Los resultados son espectaculares en cuanto a la mejora en la calidad de vida de las pacientes. El cambio estético será muy evidente, incluso vestida. Las Cicatrices son de buena calidad y a largo plazo son casi imperceptibles, pero podrían ser asiento de fenómenos de «cicatrización patológica». Es muy importante realizar un seguimiento minucioso de estas cicatrices, así como un tratamiento preventivo para evitar esta complicación.
La sensibilidad de pezón podría verse afectada, sobre todo en los casos más graves, así como la capacidad para dar lactancia.
Los resultados definitivos se alcanzan a partir de los 6 meses. Cabe destacar que la nueva forma de las mamas puede modificarse tras nuevos embarazos y cambios bruscos de peso.